¿TELETRABAJO O TELEURGENCIA? LEY, MITOS Y VERDADES

27 de agosto de 2020

 

Cuál es la clave de una implementación exitosa: desafíos y ventajas económicas, ley y actualidad, liderazgo y flexibilidad, son algunos de los conceptos por los que navegamos en este análisis de un experto en gestión de cambio e implementación de teletrabajo.

Entrevista a Fabio Boggino, fundador y director de Jobbing Consultores, empresa de consultoría de Recursos Humanos y Tecnología, especializada en teletrabajo.

¿Cómo están implementando las empresas el teletrabajo?

Muchas empresas creen que el teletrabajo es esto que se incorporó debido a la pandemia, cuando en realidad a esta situación le llamamos “teleurgencia”. Hoy se Intenta ser productivo, en casa, los 5 días a la semana, sin la información ni la tecnología necesarias y sin tener a un líder capacitado. El teletrabajo es metodológico y planificado.

¿Qué le recomendarías a un gerente al frente de un equipo de trabajo?

El teletrabajo al ser un cambio cultural se tiene que definir por convicción, no por la fuerza. Se trata de un cambio demasiado trascendental como para ser impuesto por un agente externo. Debe ser llevado adelante por convicción, pensando en la empresa del futuro, en las nuevas generaciones de talento.

¿Qué esfuerzo tecnológico y económico deben hacer las empresas para adaptarse?

En estos 10 años –desde que el teletrabajo llegó a la Argentina– he visto empresas que han invertido muchísimo dinero y otras que han encontrado en el teletrabajo la oportunidad de ahorrar en espacio edilicio corporativo (cuyo mantenimiento es muy caro). Por lo tanto, creo que no existe una inevitable inversión, aunque si se hace seguramente se mejoren las condiciones.

¿Cuál es la clave del éxito?

A que al ser un cambio cultural el factor clave del éxito es cómo esa cultura es permeable a la transformación, salir de la cultura del control horario presencial, los 5 días de la semana en la oficina, y pasar a un control de objetivos diario o semanal en cualquier lugar. Cómo los grandes actores de esta transformación (telesupervisor y teletrabajador) se adaptan. El mayor esfuerzo no es económico sino de adaptación.

¿Qué indica la ley?

Hay una ley que salió del Congreso que ahora está en etapa de instrumentación. Si esa ley entra en vigencia –el año que viene– podremos decir que obligatoriamente hay algunas inversiones que el empleador va a tener que hacer en software y hardware. Estoy participando en el Ministerio tratando de ver cómo el teletrabajo sobre todo para las pymes termina siendo una herramienta de ahorro de costos, no de mayores gastos.

 ¿Es viable la ley?

Los artículos de la ley tienen varios puntos –te diría todos– que entran en conflicto con la Ley de Trabajo, por lo tanto, los más escépticos creen que no va a salir nunca porque sería una fábrica de juicios constantes. El punto más complicado tiene que ver con la reversibilidad: si el empleado quiere volver a la oficina la empresa le tiene que dar un puesto de trabajo, pero si el empleador quiere que el empleado vuelva a la oficina el empleado puede negarse y darse por despedido. Es una ley tan pro-empleado que se olvidan de que detrás de un teletrabajador primero hay una empresa que lo implementa. Si la empresa no lo pone en práctica, no tenemos teletrabajadores: ¿para qué nos sirve una ley, entonces?

¿Cuáles son los principales mitos y verdades del teletrabajo?

  • Primero: “El teletrabajo es un beneficio directo al empleado”.
    No, lo disfruta como un beneficio pero no está a su disposición. El empleador es el que asigna a un empleado que es un buen trabajador presencial la posibilidad de teletrabajar como un reconocimiento a su adaptación, a su esfuerzo y a su compromiso. Es decir, hay una decisión del empleador.
  • Segundo: “Es mucho más fácil telesupervisar que teletrabajar”.
    No, es al revés. Todos hablan del teletrabajador y se olvidan del telesupervisor. Hay que empoderar al telesupervisor, él es el verdadero gestor del cambio, quien lidera un ecosistema de teletrabajo productivo. Liderar controlando objetivos cumplidos en lugar de horarios cumplidos es la verdadera transformación. 
  • Tercero: “Necesitamos una ley que lo regule”.
    No es cierto, no es ilegal. La Ley de Trabajo lo habilita, la OIT –que regula la ley de Contrato del Trabajo en casi todos los países del mundo– habla de que el teletrabajo es legal porque lo único que cambia es el lugar y con un buen acuerdo con la ART alcanza para poder tener un teletrabajo exitoso en una compañía.

Las 4 limitaciones para teletrabajar que se están modificando:

1. La atención presencial (al empleado, al proveedor, al cliente). Es necesario un cambio cultural en este sentido.

2. Las tareas artesanales, manuales, industriales. La robotización y la automatización en muy poco tiempo va a hacer que esos trabajadores tengan que reinventar sus perfiles para poder trabajar en otras labores.

3. Las tareas con alto contenido de papel. La digitalización va a permitir su reemplazo.

4. Herramientas o sistemas de software a los que solo se puede acceder desde el lugar físico laboral del empleador. En este caso también la digitalización y la virtualización de los puestos de trabajo (la nube, etc.) están generando grandes cambios.

El teletrabajo, la forma del futuro

Estamos flexibilizando el lugar, nos falta un paso más que es flexibilizar el horario. Cuando hayamos dado ese paso nos vamos a encontrar con una relación empleado-empleador se va a parecer cada vez más a una relación cliente-proveedor. Yo necesito algo, de tal manera y en tal tiempo, y el empleado lo hace donde quiera a la hora que quiera. Ese es el trabajo del futuro. Vamos encaminados hacia eso.

El problema actual es que estamos hablando de trabajo del futuro con leyes que tienen 100 años, nuestra ley actual se basa en principios que tienen 100 años.

Derribando el último mito: “el teletrabajo no se va a instalar”

A pesar de todo, y sin dudas, el teletrabajo se va a instalar, porque no necesita leyes, ni decisión empresarial. Hoy prácticamente no hay empresa del mundo que no haya tenido una célula de teletrabajo en sus empleados. Avanza de manera casera, improvisada, informal, pero avanza. Y en la medida en la que las nuevas generaciones de talento vayan ocupando posiciones de liderazgo el teletrabajo se va a ir implementando solo.